La espiritualidad y la psicología en el proceso terapéutico
A lo largo de la historia se ha observado que el hombre ha sido objeto de estudio desde diferentes ángulos, pues se ha tratado de analizar su existencia en el mundo; surgiendo desde allí innumerables cuestiones teóricas que intentan estudiar su ser de una forma mucho más profunda y de describir el porqué de sus acciones, siendo la espiritualidad y la psicología algunas de las cuestiones que se dirigen hacia ello.
La Espiritualidad
La espiritualidad es el conjunto de ideas que surgen con la finalidad de entender la existencia humana partiendo de la relación que se establece con un ser transcendental, apegado a la divinidad, es decir, con un ser divino, al que le atribuyen cualidades de omnipresente (se encuentra en todos lados), omnipotente (puede hacer todo) y omnisciente (lo sabe todo), al cual denominan “Dios”.
No obstante, Dios ha sido vinculado desde muchos años atrás con características de atemporalidad e inmaterialidad; y es desde ese convencimiento que se cree que la esencia humana proviene de una esencia divina, en vista de que estas creencia se articulan de una manera casi perfecta con la naturaleza de las fuerzas que configuran el destino del hombre.
También hay que precisar que todo este conjunto de creencias toman fuerza en la vida del ser humano, gracias a la fe, palabra que se usa para designar a la firme y absoluta convicción que tiene la persona acerca de que determinada cosa es verdadera. Esta convicción representa una fuerza libertadora que enfrenta al hombre, con la posibilidad de ir más allá de los límites, más allá de lo que el ser humano puede imaginarse, y lo lleva a creer que lo imposible es posible.
En síntesis, la espiritualidad constituye una posibilidad de entender la existencia humana, una posición frente al hombre y un intento por comprenderlo, además de que su propósito es el bienestar y la felicidad del hombre, aspecto donde converge con la psicología en vista de que esta disciplina contribuye a la reflexión, al conocimiento y a la comprensión de la parte interna del individuo.
La Psicología
Es conveniente citar a Albinagorta (2009), quien precisa que la psicología es una disciplina que “se ocupa de estudiar los procesos psíquicos que organizan nuestra personalidad, expresándose en términos como inteligencia, creatividad, aprendizaje y actitudes que tienen como base a la actividad consciente y a la actividad inconsciente” (p. 4), lo que significa que es una disciplina que tiene como finalidad esencial estudiar las características del hombre o bien las dimensiones que integran al ser humano, como por ejemplo, los procesos mentales,
la conciencia, las emociones, entre otros.
Dicho todo lo anterior, se deduce que la espiritualidad genera en el individuo una fuerza libertadora, que se basa en la mayoría de los casos en la búsqueda del encuentro con un ser supremo y divino que actúa como una energía que expande la mente, el alma y el espíritu del hombre llevándolo a conocer lo desconocido, a alcanzar lo inalcanzable y a vencer lo invencible, lo cual se puede reforzar aún más por medio del proceso terapéutico, debido a que en este último actúa la psicología, ejerciendo directamente su poder de impactar y afectar la vida de las personas que recurren a estos procesos en búsqueda de respuestas para solventar sus conflictos, y de conseguir la paz consigo mismo.
Todo esto significa, que en el proceso terapéutico el paciente puede experimentar cambios positivos en su vida, por medio de la relación que pueda reflejarse entre la espiritualidad y la psicología, en vista de que ambas buscan la paz y la liberación de tensiones; para lo cual utilizan la fe como mecanismo para establecer la creencia de que todo problema puede solventarse y toda situación que resulte incomprensible pueda entenderse, tanto con la ayuda de un ser divino como lo es Dios, en conjunto con la ayuda del psicólogo quien se convierte en el sujeto que da el empuje final para su liberación.